Nena: ya pasaste los 30, y ese hermoso capullo que escondía tus encantos se ha abierto mostrando al fin el universo de delicias que tenías para el mundo. Y así vas por la vida, desafiando a tías casamenteras, asumiendo un par de flotadores como parte del hechizo, formulando teorías sobre la plenitud de la vida adulta. Saltás de cama en cama cual libélula y tenés un grupo muy copado de treintones con los que reís aliviada de haber pasado la década de la boludez.
Pero el cuerpo llama. Es sábado a la noche, convocás un par de amigas y salís de cacería: encarás los taco aguja con coraje y salís con las chiquis. Las nenus, las que suben fotis re locas al face, las que creen que Florencia Peña debutó en "La Niñera". El primer presagio del desastre es el mensaje “Chus, ns vms en ld la flakis gtn t n hip no no nooooo XD!” Error de lectura: coordenadas incorrectas, recalculando. Llamás, porque tenés 30, y tenés crédito. Llamás “Dónde mierda es???” La respuesta es confusa “Ay pará pará que no se escucha, escuchaaaá venite ya que hay weigh streanch uuuhhhhh venite” los sonidos se funden en una especie de grito animal en frecuencia superaguda que deja secuelas acústicas. Tafirol. Algo más de maquillaje y un ayudín. Te tomás un taxi, porque tenés más de 30 y te alcanza, y el taxista te pregunta “a dónde señora?” Hola! Tengo un flor de vaquero y un escote hasta el ombligo,cómo hacen estos primates para adivinar la edad de una?
De las chiquis solo quedan las hilachas. Tres desaparecieron con sendos masculinos, y las tres que quedan se unen en bailes lésbico-eróticos que vos pensabas que solo se veían en la tele. La música es irreconocible. La cintura de las tres unidas iguala la tuya, pero confiada te unis al grupo recordando que a su edad sacabas chispas. Y entonces ocurre: “Hasta abaho, hasta abaho” suena en los parlantes. Esta la conocés. Ahora van a ver lo que es abrirse de gambas y empezás “Hasta abajo, hasta abaho” Abrís los ojos en lo mejor de tu perreo y ahí descubrís que la plasticidad no es tu fuerte: golpeás con la rodilla el ojo de tu amiga, que en verdad ha llegado hasta abaho, y descubris con estupor cómo es la vida desde las alturas. Trastabillás, el taco se te dobla y cuando estás por besar el suelo aparece, por fin, la primera presa de la noche. Te ha cogido del brazo y te ayuda a incorporarte. Miraditas, ji ji, sonrisitas. “Estás bien amiga?” “Obvio, de una!” pero el pibe ya no está: en un vertiginoso pase de magia una flaca le sacude sus encantos a la altura de la ingle. Ok, vamos a mi juego, insistis, otro ayudín y a esta mirada no se le resiste ninguno. Explorás. Bailás casi con decencia con una mano ocupada en el vaso y la otra en la pajita. Te acodás sobre la barra. Elegís el pibe, lo mirás. Te mira (tendré algo en el pelo?). Lo mirás. Se te acerca, sostenés una mirada incendiaria sobre el niño, te sentís casi su madre y lo encarás. “¿Cómo te llamás?” “Beeeeep" ”Yo te conozco de algún lado” “Si, vos sos compañera de yoga de mi mamá, no le digas nada que me viste puede ser?” “De una jajajaaa”.
Por lo menos la noche te esconde la mueca de dolor. Luces. Blancas. Son las 4. Encaremos el retiro sin ceremonias, caminemos con dignidad hasta el taxi. Las chiquis. “After, after!” After las pelotas “Noooo chicas estoy re cansada laburé toda la semana” “Fotis, fotis!” El sonido peliagudo otra vez, ahora directo al occipital. El flash en la cara. Se te acerca la criatura, al oído “Ya sabes no cuentes nada no?” Otra foto, esta vez con el infante. “Para el face, para el face!”… Si algo de dignidad te queda, la perdés. Sacás el celular y con lo que te queda de conciencia, encontrás el número. “Hola. Yo. Yo la Negra. Exacto ya no me reconocés la voz no? Qué haces tanto tiempo che! Yo aquí, con unas amigas, estábamos yendo a un after vos que onda? No qué aburrido che!. Ah. Ah que lindo mirá vos! Y cuántos meses tiene? Ay que hermoso me alegro mucho no sabía nada! Bueno che te dejo que me están esperando, me encantó que me llamaras pero lo dejamos para otro día si? Besitos” Silencio. Vuelta a la casa. El taxista, último ejemplar del sexo opuesto que, para cerrar la noche, te revuelve el puñal entre las tripas “Tremendas las chicas de hoy en día señora, tremendas. Recién llevé a tres que no se podían ni parar. Chicas chicas nomás, dicen que andaban con la tía…”
“Tremendas, caballero, a dónde iremos a parar..."
hola Ernesta!
ResponderEliminaren esta franja etaria tenés un gran problema ya que no estás en los 20's [podes ir a todos los after, ponerte hasta la coronilla y aún así sólo alimentar la histeria] ni en los 40's [en ese caso tenías muchas chances con el tachero].
saludos, aún espero poder comprarte en YeiBí, capital nacional de la familia numerosa :S
Muy bien la historia!
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